Platero y él

Platero y él

martes, 11 de marzo de 2014

PLATERO COMPAÑERO


Un día te vi por el monte , estabas sólito y eso me llamo la atención, ya que antiguamente, los burros se utilizaban para trazar caminos.
Me acerque a ti, estabas muy asustado y desgarbado, tenias las orejas caídas y cara de amargura, tu pelo grisáceo no brillaba, tosco y áspero.
Yo pensativo, sentado en una piedra a la vera del camino, pensaba: ¿que le habrá pasado a este animalito?. Pues en aquel momento, paso un anciano que iba a su huerta... Le pregunte:

-¿que hace ese animalito ahí?

-su amo falleció, y no tiene hogar y tal como están las cosas, nadie lo quiere adoptar, llévatelo tú si quieres

-Vivo en una casa con corral, ahí no puede estar, pero sabe que le digo, “Que a casa viene”, y en cuanto se recupere un hogar le encontraré.

Estuve unos días acercándome al pobre burrito, hasta que al tercer o cuarto día me tomo confianza, y lo fui a buscar con un camión.

Pasado unos días, ya en casa no sabía que nombre ponerle, al tener mejor alimentación te pusiste mas gordito, tu pelo gris cambio a un gris de varios colores muy luminosos y tus orejas mas rectas, pero, ¿como llamarte? Ya está se llamará Platero.
A pesar de no estar en su hábitat adecuado, eras muy agradecido, ya que todas las mañanas te ponías en pie, con tus patas delanteras sobre mis hombros simulaban un gran abrazo.
Todos los días, te ataba una cuerda y te llevaba al campo a pastar, junto con mi perro Toby, pero con el tiempo, te llevaba al parque, para que Toby jugará con los demás perritos, te dejaba atado a un poste, y los niños no salían de su asombro de ver un burro, y alucinaban, contigo ya que te dejabas acariciar, y tu expresión era de un burro feliz.

Con el tiempo ya no necesitaba llevarte atado, ya que ibas andando a mi rebufo, y en el parque te quedabas junto a mí, no te asustabas de nada, aunque hubiera niños jugando a tu alrededor.

Llegó un 17 de enero, día de San Antón, el patrón de los animales, y tal como manda la tradición te llevé para que fueras bendecido, al ser tan bueno y obediente te llevé sin atar, primero paso Toby y después tú, el personal asistente al evento se quedó asombrado, y entre ese personal por arte de magia o bien por influencia divina (por aquello de San Antón) , el caso es que allí estaba tu nueva familia.

Esta nueva familia vivía en una granja, con muchos animales, allí estarías como un rey, te costó acostumbrarte a tu nuevo hogar, quizás fuera porque me echabas de menos, yo iba a verte de vez en cuando, aun sabiendo que estabas muy bien atendido, la última vez que fui no pude evitar pensar ¡Platero te echaré de menos! 


Ángel Ripoll Martínez 

E.B.2

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