Un
día soleado y con buen clima, emprendí un viaje en bicicleta,
concretamente, un viaje hacía la montaña. Cuando iba pedaleando
observaba un preciso paisaje. Y dije:
-
! Que paisaje más hermoso!
Había
cientos de árboles, flores y un gran césped, donde más adelante
podía parar, porque detrás de él había un acueducto Pero no pude
detenerme a observar los diversos tipos de flores que había. Eran
tan hermosas, después de un buen paseo, fui a visitar el acueducto y
de repente vi a un animal pequeño y peludo. Me quede sorprendido, no
había visto una criatura tan peculiar.
Me
acerqué a él de manera sigilosa y estaba acariciándose el hocico
con unas flores celestes. Le dije:
-
¿ Como te llamas?
Me
contestó:
-Platero.
De
manera repentina le pregunte :
-¿
Quieres venir con migo?
Sin
tardar un instante dijo que sí.
De
manera que volví a emprender el viaje hacía casa pero con el
precioso burrito. Él iba a ser mi mascota.
De
vuelta a casa me encontré con un amigo que con los ojos saltones
dijo:
-¿
Qué especie de criatura es esa?¿ De dónde lo has sacado?
Yo
estaba muy contento de ir con el burrito, por lo cual le dije:
-Lo
encontré gracias a una mañana soleada emprendiendo un recorrido en
bicicleta, se llama Platero.
Mi
amigo se quedó sin palabras, al ver un burrito tan de cerca era una
mascota de compañía diferente a lo que se suele tener. Sin dudarlo
fue uno de los mejores días en bicicleta. Me convertí en el niño
más feliz del mundo iba a disfrutar de maravillosas cosas con su
compañía.
Javier Heredia Estellés
Educación de Base 2
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