Platero y él

Platero y él

jueves, 6 de marzo de 2014

Platero, mi cupido del amor


Hoy soy feliz con la mujer que quiero y debo darle las gracias a mi burrito Platero.
Todo empezó un día, cuando la vi pasar, por delante del establo donde mi burrito y yo trabajábamos sin parar. Era morena, de ojos oscuros y con cara angelical, sobrina del dueño de la finca y del corral. Su visita inesperada des de un principio me hizo temblar, miles de sensaciones corrieron por mi cuerpo al ver a ese ángel pasar. Hasta mi burrito se dio cuenta y sus ojos puso en mí; su carita parecía decirme: “ay mi amo, esa moza va a ser para ti!”.
Día y noche le contaba: “ay Platero, que será de mi… ojalá algún día esa hermosa dama se fijara en mi…pudiera hablarla y conocerla y decirle lo que siento al verla pasar por ahí, pero me lo guardo en silencio y solo te lo explico a ti porque sé que su amor es imposible… y aunque la amo y la deseo con todas mis fuerzas no sé si podré llegar a ser el príncipe de tan hermosa princesa”.
Mi burrito Platero me miraba, como el amigo fiel que escucha y ni habla, y que tan solo con una mirada entiendes que te dice: “aquí estoy para lo que te haga falta…”.
Hasta que un día la historia cambió… Fui a buscar a mi burrito pero no estaba en su sitio. Asustado salí corriendo a buscarlo, gritando; “ay Platero dónde estás?”, y para mi sorpresa lo encontré entre las manos de mi hermosa dama. El burrito se había ido a buscarla para que yo luego pudiera encontrarla y así dándole las gracias por haberlo hallado pudiera empezar a hablarla y a mantenernos en contacte. Ella me miró y sus ojos y los míos se encontraron y des de ese día ya nunca más se separaron.
El tiempo fue pasando y nuestra historia de amor empezó primero a escondidas luchando con todas las fuerzas por lo que sentíamos los dos, para luego salir a la luz y poder gritar a los cuatro vientos lo mucho que nos queríamos los dos. Mi Platero fue testigo de nuestra hermosa historia de amor hasta que el día más bonito de nuestra vida llegó, y fue mi Platero el que al altar nos llevó, con sus hermosas guirnaldas adornadas de mucho color para festejar y sellar con nosotros nuestro amor…
De eso hace hoy diez años, y aunque mi burrito hace una año que murió, siempre estará conmigo por ser el que me ayudó a conseguir la felicidad que a día de hoy tengo.

Gracias Platero, el cupido de mi amor…

Jesús Lopez Ortega
E.B.2

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