Hoy soy feliz con la
mujer que quiero y debo darle las gracias a mi burrito Platero.
Todo empezó un día,
cuando la vi pasar, por delante del establo donde mi burrito y yo trabajábamos
sin parar. Era morena, de ojos oscuros y con cara angelical, sobrina del dueño
de la finca y del corral. Su visita inesperada des de un principio me hizo
temblar, miles de sensaciones corrieron por mi cuerpo al ver a ese ángel pasar.
Hasta mi burrito se dio cuenta y sus ojos puso en mí; su carita parecía
decirme: “ay mi amo, esa moza va a ser para ti!”.
Día y noche le contaba:
“ay Platero, que será de mi… ojalá algún día esa hermosa dama se fijara en
mi…pudiera hablarla y conocerla y decirle lo que siento al verla pasar por ahí,
pero me lo guardo en silencio y solo te lo explico a ti porque sé que su amor
es imposible… y aunque la amo y la deseo con todas mis fuerzas no sé si podré
llegar a ser el príncipe de tan hermosa princesa”.
Mi burrito Platero me
miraba, como el amigo fiel que escucha y ni habla, y que tan solo con una
mirada entiendes que te dice: “aquí estoy para lo que te haga falta…”.
Hasta que un día la
historia cambió… Fui a buscar a mi burrito pero no estaba en su sitio. Asustado
salí corriendo a buscarlo, gritando; “ay Platero dónde estás?”, y para mi
sorpresa lo encontré entre las manos de mi hermosa dama. El burrito se había
ido a buscarla para que yo luego pudiera encontrarla y así dándole las gracias
por haberlo hallado pudiera empezar a hablarla y a mantenernos en contacte.
Ella me miró y sus ojos y los míos se encontraron y des de ese día ya nunca más
se separaron.
El tiempo fue pasando y
nuestra historia de amor empezó primero a escondidas luchando con todas las
fuerzas por lo que sentíamos los dos, para luego salir a la luz y poder gritar
a los cuatro vientos lo mucho que nos queríamos los dos. Mi Platero fue testigo
de nuestra hermosa historia de amor hasta que el día más bonito de nuestra vida
llegó, y fue mi Platero el que al altar nos llevó, con sus hermosas guirnaldas
adornadas de mucho color para festejar y sellar con nosotros nuestro amor…
De eso hace hoy diez
años, y aunque mi burrito hace una año que murió, siempre estará conmigo por
ser el que me ayudó a conseguir la felicidad que a día de hoy tengo.
Gracias Platero, el
cupido de mi amor…
Jesús Lopez Ortega
E.B.2
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