Platero y él

Platero y él

martes, 28 de enero de 2014

Platero es risueño, tranquilo...

Platero es risueño, tranquilo, su pelo blando de espuma blanca 
jaspeada de gris que se torna pura en su frente como nube cosida
con aguja de abril.

Sus alforjas huelen a nueces, pan de hogaza,
galletas de mantequilla, trigo y jazmín.

¡Anda Platero, anda, que nos vamos al prado por la calle del Albaicín! 
A trotecito lento cuenta las piedras de las callejuelas,
y en un rebozo coqueto se asoma a la fuente del Colorín, rezagado, 
espera a la niña de los ojos negros que desde su ventana 
se le escapa un piropo marinero.

Me subo a su lomo, y al soniquete de cascabeles
cantamos a un tiempo…

¡ Vamos Platero, vamos al campo que está
amaneciendo!

Platero corretea , viene, va, prueba suerte con los tréboles, 
cuenta los besos a la margarita, y de amapolas sangrientas 
se pinta la nariz. 
Juega a la lluvia con la escarcha matinera, recién levantadita, 
a punto de enamorarse de su gracioso linaje… 
tan noble como su estampa, tan rico como su historia, tan lindo 
como su pelo de espuma blanca jaspeada de gris. 
 
          Ana Contreras 
 
 

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