Platero y él

Platero y él

jueves, 30 de enero de 2014

Platero, hoy vamos a viajar a los jueves de merendar



Platero, hoy vamos a viajar a tiempos pasados, donde junto con otros niños, disfrutábamos del campo. He pensado traerte para que tú también puedas saborear tu niñez y juventud comiendo y descansando en esos prados verdes, frescos, románticos por donde has paseado.
Después de llevarte a que San Antonio, que es tu patrón, te bendijera con agua bendita, por cierto que a ti te sabía muy mal, pero te callabas porque te daban unas algarrobas que devorabas en un plís-plás, nos reuníamos con otros niños/as que nos enseñaban sus animalitos y quedábamos para el jueves siguiente, que no teníamos cole.
Nuestras abuelas ese jueves de buena mañana, nos compraban la “pataqueta”, pan especial en forma de luna que todos los hornos de nuestra ciudad lo fabricaban. Nos lo completaban con un huevo y un plátano, que nuestra madre preparaba con habitas tiernas recién hechas; todo esto formaba la merienda de los jueves de merendar. Cogíamos la cuerda de saltar, zapatillas y muchas ganas de jugar y nos desplazábamos a pie, al campo, correteando y cantando para jugar con nuestro amigos/as. La tarde estaba llena de felicidad, nuestras madres jugaban con nosotros y al caer el sol, exhaustos regresábamos a casa esperando que llegara el jueves siguiente.
¿Sabes, Platero, que cada año varían el número de jueves de merendar según la luna? ¡Fíjate si es importante! Esa es la luna mágica que tú, Platero, por la noche, en la sombra del pajar, la observas con esos ojos melancólicos, que a veces te veo y pienso ¿qué pasará por tu dulce cabecita?
Platero, volvemos al tiempo actual, y ¿sabes qué?, ¡nosotros recordando tiempos pasados y hoy siguen celebrándose esos mágicos jueves de merendar! además sólo se celebran aquí en nuestra ciudad, aunque hoy en día las salidas al campo han sido restringidas.
Teresa Peña, 22-01-2014

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