Platero y él

Platero y él

martes, 4 de febrero de 2014

Aquella noche me había quedado dormida...



Aquella noche me había quedado dormida, el cansancio pudo conmigo. Llevaba varias noches sin dormir, en pleno sueño algo me despertó de un sobresalto, “es Juanito, pensé”, corrí a su habitación, el pasillo se me hacía interminable, estaba muy asustada, oía su respiración muy alterada, al llegar junto a él comprobé su temperatura, la fiebre le había subido mucho, y él no paraba de repetir aquella frase, Platero……Platero…por favor  quédate con migo,  no me dejes, no te vayas.

Juanito, es mi hijo pequeño, tiene siete años, nació con una de esas enfermedades minoritarias, por ese motivo, son también menos conocidas y la ciencia no sabe cómo tratarlas, estamos a la espera de que surja un milagro y los investigadores den con la raíz de la enfermedad, “no perdemos la esperanza”. Yo me siento a su lado y le leo pequeñas  historias y le cuento cuentos, hasta quedarse dormido,.Él se mete en el personaje del cuento y camina con cada uno de ellos en esas pequeñas historias.  Me dice que se identifica con Platero. Porque es frágil y delicado como él.
Cuando logré bajar esa fiebre, me contó que había viajado con Platero a un lugar de ensueño, rodeado de jardines y árboles frutales, donde las estrellas se podía coger con las manos, pero Platero se marchó, mamá, me decía apenado, se marchó dejándome sólo, una estrella fugaz se lo llevó.
 
                         Carmen Cobles

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