En un prado inmenso, lleno de
amapolas y florecillas silvestres y un sol resplandeciente vamos paseando
mi burrito PLATERO y yo.
No podíamos a ver elegido un día
mejor para salir a dar un paseo.
De repente, veo que se
para con una mariposa, invitándola a jugar.
Se aleja entusiasmado, buscando alguien con quien poder divertirse y
pasarlo bien.
Ella como si lo comprendiera se posa en su naricilla
provocándole.!! Se le ve tan feliz a mi nubecilla de algodón!! Así es como lo
llamo yo, cariñosamente.
Lo observo como disfruta, trota corre se revuelca y la verdad,
que viéndolo siento una inmensa satisfacción . Va haciéndose la hora de volver a
casa.
Lo llamo y como siempre que tenemos que marchar, se hace el remolón,
así que me acerco hacia él y trato de convencerlo.
Con voz suave y cariñosa y acariciando su cabecita le digo: -venga
nubecilla, pórtate bien, que mañana vendremos otra vez, cuando lleguemos a casa
te voy a dar una galleta de heno de las que te gustan tanto. Él se
queda mirándome con esos ojitos grandes, brillantes negros como el carbón, y
con su mirada dulce donde se ve su nobleza, me hace saber, que lo he
convencido.
Mari Carmen Lizandra. Gll tarde
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