Platero lleva entre nosotros los mismos años que llevo en
este pueblo viviendo, un pequeño pueblo de Madrid. Es la cosa más bonita que me
despierta al amanecer todas las mañanas con sus rebuznos para que vaya a
saludarle. Me levanto y le llevo unas zanahorias para que se ponga contento,
cuando se las come lo aseo, le pongos sus cosas y paso a recoger a mi primo, que
vive a tres manzanas de mi casa. Nos vamos casi todas las mañana con mi primito
pequeño que le encantar montar en él, se pone a jugar con él y así pasan el
rato la mayoría de días. Cuando se hace el mediodía vuelve a casa, muy querido
por la gente del pueblo, sobre todo por los niños, y siempre están diciendo que
quieren ir a verlo, así que cuando salen los niños de la escuela hacen a sus
padres que le lleven a la casa para jugar un rato con él, algún que otro
chiquillo le lleva algún juguete para que se ponga contento y se pasan todo el
rato tocándolo. Platero se pone muy feliz: siempre está acompañado durante todo
el día, es decir que por la noche acaba agotado y no tarda en irse a dormir y así hasta el próximo día.
Ángela Martínez II GES TARDE
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