Platero
no es un burro cualquiera, es mi burro. Él siempre ha estado conmigo desde que
tengo memoria, cuando de pequeño me dormía no se separaba de mi lado, por si
acaso me pasaba algo, me llevaba a cualquier sitio si estaba cansado y siempre
llevaba la compra de los lunes a casa él solo, no era solo un burro, cuando
estaba triste era el primero en acercarse y con levantar las orejas ya hacía
suficiente, no le hacía falta hablar pero a veces parecía que lo hiciera, era
listo, demasiado para ser un burro, yo creo que a veces me entendía.
Pero
Platero se hizo mayor y ya no era lo mismo, se había quedado ciego, ya no distinguía
a nadie…uno de esos días que iba a verlo mi abuelo me llamó y me dijo que había vendido el granero y que Platero se había ido, desde entonces no he ido más a ese granero porque sé que Platero ya no estará allí.
Adrián Arcas ges 2 tardes
No hay comentarios:
Publicar un comentario