Platero y él

Platero y él

sábado, 15 de febrero de 2014

Mi amigo platero

 
      De pequeña mi ilusión era que me compraran un borriquito para criarlo yo.
          Le cogí tanto cariño que me lo llevaba a todos los sitios. Nosotros teníamos un huerto con mucha hierba para que comiera, y cuando no quedaba más hierba él arrimaba el hocico al suelo y se comía las flores que nacían en el suelo. Las había de todos los colores, yo me enfadaba y le reñía pero él me miraba con cara de lastima y a mí luego me penaba, así que lo abrazaba con mucho amor, le pasaba la mano por todo el cuerpo que parecía de terciopelo. Sus ojos brillaban como luceros. ¡Qué guapo era mi borriquillo Platero!
         Los años pasaban, se le notaba en el brillo de los ojos, a mí también por supuesto. Ya no teníamos ganas de juegos. Un día que me levanté temprano, fui a verle, y mi sorpresa fue grande al ver que mi amigo Platero estaba muerto. Lloré como nunca había llorado y cada vez que lo recuerdo vuelvo a llorar.
Amparo Giménez

No hay comentarios:

Publicar un comentario