Hace
una mañana como si estuviéramos en Abril y yo quiero aprovechar para llevar a
Platero a dar un paseo.
Platero
es un borriquillo como si fuera de peluche, es tan suave al tacto, parece
algodón, es blanco y marrón, pequeñito él, pero con unos ojazos negros,
profundos y sobre todo que cuando te miran parece que te hablan.
Tiene
una inteligencia poco común. Yo siempre que salgo con él voy charlando como si
supiera que me entiende y en realidad a veces creo que es así. Esta mañana por
ejemplo, he ido a buscarlo y le he dicho: “Vamos Platero que hay que aprovechar
este día tan bueno” y él me ha respondido con u n rebuzno de alegría y preparado
para salir. Nos hemos encaminado al campo que es donde más disfruta, porque lo
dejo suelto, que corra a sus anchas, mientras, yo me dedico a mis pensamientos
que muchas veces van ligados a él.
Tiene
unos andares un tanto retrecheros, cuando la gente lo ve, todos tienen que
decirle algo y sobre todo los niños tienen que tocarlo acariciarlo. Yo algunas veces subo alguno que no pese
mucho y él lo lleva con orgullo a dar un paseo.
Quisiera
contaros más cosas de este compañero al que quiero con devoción, por su
compañía, su cariño y su nobleza. Me distrae como e mejor de los amigos y nunca, nunca me defrauda.
Todo
resulta con mi Platero autentica poesía.
Acracia Pons
-
No hay comentarios:
Publicar un comentario